No somos lo que hacemos, sino cómo lo hacemos..


A lo largo de mis 44 años he tenido los más variados empleos, empezando a los 13 como cadete de una farmacia, pasando por restaurantes, fábricas textiles, algunos proyectos propios, administración de complejos turísticos, etc..

En cada uno de mis puestos de trabajo entregué lo mejor de mí. Debe ser por eso que mantengo excelente relación con quienes fueron mis jefes.

Debo confesar que los puestos que mas amé fueron los relacionados al turismo. Por lo general, el turista tiene esa alegría de "tiempo libre", distanciado por unos días de las preocupaciones, abiertos a vivir nuevas experiencias. 

Es un placer enorme, ser anfitrión de un destino turístico, y co-participe de la alegría de otros!! Amo trabajar en el sector turístico..

Ahora bien.. Es verdaderamente triste cuando alguien se siente obligado, por la razón que sea, a cumplir con un trabajo que no le gusta, o que solo lo hace por el "estatus social" que este le da. Las consecuencias no solo son que esa persona se vaya "apagando" sino que puede dañar a quien recurra a sus servicios. 

Hay médicos excelentes, egresados con honores de las mejores universidades, con especializaciones internacionales y un currículum impresionante pero a la hora de atender a un paciente lo tratan con tanta arrogancia y tan poca empatía que desmoraliza al paciente al punto de pesarle más la tristeza que la dolencia por la que iba. 

Gracias a Dios existen también de los otros, esos que acompañan sus conocimientos con una sonrisa que refleja humildad y respeto.

He conocido recepcionistas de clínicas prestigiosas, que lamentablemente no han sido capacitadas correctamente. No cuestiono sus competencias en cuanto a la derivación de pacientes o a la organización de agendas, cuestiono el trato al paciente, ese segundo entre el "buen día" y el "en que puedo ayudarlo?" en el que se les olvida de que están interactuando con una persona que trae una carga emocional conjunta con la patología. Alguien que, por supuesto, preferiría estar en cualquier otro lugar ese día antes que en una consulta médica, pero debe estar ahí sin opción alguna. 

Vuelvo a agradecer que también he conocido a esas otras recepcionistas cálidas y amables que asesoran a los pacientes con respeto y amabilidad.

Admiro enormemente a quienes eligen, con libertad, trabajar en lugares donde la gente recurre con dolencias físicas y espirituales. Ellos no solo aman lo que hacen, sino que derraman ese amor en las personas que necesitan ser asistidos. Cultivan conocimientos con la premisa de servir al prójimo. Se esfuerzan por ser los mejores en lo que hacen, pero no para ser aplaudidos por ello, su reconocimiento mas valuado es hacer bien su trabajo.

Todo mi respeto y admiración al personal de limpieza en geriátricos y hospitales, a asistentes sociales, psicólogos, enfermeros, médicos, abogados, policías, gestores de seguros, cuidadores de enfermos entre tantos empleos que cuando son hechos desde el amor, pueden cambiar una lagrima por la mas grata sonrisa..
No somos lo que hacemos sino cómo lo hacemos, esa sería mi frase de hoy!

Saludos cordiales!! 

Brenda..

Comentarios

  1. Lo ideal en la vida es hacer lo que a uno le gusta! Para lo demás queda el "querer lo que se hace" y ponerle la mejor onda!! :-) Muy linda reflexión .. un abrazo!

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